30.1.06

Sin música, pero con sentimiento...

Recreación ambiental: un concierto en un local pequeño. Oscuridad y silencio. Un foco delimita la felina silueta de Cris. En el escenario, Ja t'ho diré, tal y como los disfruté cuando aún casi eran un enigma atrayente. Cris, micrófono en mano, observa el público, y durante un instante, cruzamos las miradas. Luego la música de Si véns se derrama sobre mí, el resto no importa...
Peuades damunt s'arena
Si véns em trobaràs
Ballant damunt d'aquesta roca
i tu per jo et tornaràs loca...
Viatjarem amb un cavall alat
aquest vespre, silenciós...
cap a racons
inexplicables,
deserts,
salvatges,
esperarem sa nit.
Vaig anar a trobar camins
de poc
m'en tornaria anar
més enfora que mai.
I no tinc por de somiar
que me perdré pes camins
o que no tornaré mai més.
Jo no sé de quina banda bufarà
sa sínia perd aigu
sempre amb es peus banyats.
Tenint pedres entre ses ungles,
ben xops i despuats
com a dues gotes d'aigu
per s'escales del Pilar...
Te cantaré a es capvespre,
t'estimaré a sa matinada.
Te donaré fruit
i te menjaria a besades.
No tinc por de somiar
que me perdré pes camí
O que no tornaré mai més...
Si véns...
si véns em trobaràs
ballant de puntes
damunt d'aquesta roca...
La voz se apaga, la música se desvanece en un infinito mar de aplausos y de gritos... y yo vuelvo del sueño.
Pd.: No sé a razón de qué me he acordado hoy de Cris Juanico, del concierto de Ja t'ho Diré en Sallent hace años, y de mi canción especial. Pero aquí está...

28.1.06

I'm singing in the snow! cof, cof...

Qué potito todo... esta mañana al ir a subir la persiana me he detenido un momento a pensar: ¿habrá nevado o no? Recordaba la de veces que subí la persiana en mi niñez con esos atisbos de ilusión que normalmente desembocaban en desilusión al ver los mismos colores de siempre.
Hoy ha sido uno de esos días en que el blanco lo inundaba todo. Había una fina capa de nieve, pero caían copos sin cesar, diminutos copos, pero no ha parado en toda la mañana. Lástima que yo estaba como una sopa (una sabe cuándo resfriarse: tenía la nariz como un grifo y la garganta llena de agujas). Total, me he quedado gran parte de la mañana sentada en el cómodo sofá, con la gata en el regazo, observando la nieve y embelesada con la ausencia de ruidos. Es curioso como cambia la percepción del paisaje conocido cuando nieva. Todo parece más amplio.
No he salido hasta las 5 de la tarde, para ir a comprar chocolate y churros. Tocaba reunión familiar en casa, así que la menda se ha puesto los calcetines más abrigados, las chirucas, el abrigo, la bufanda (calabaza) y los guantes (también calabaza, ¡cómo no!) y he salido a la calle.
Se oían los gritos de los niños y los no tan niños jugando con la nieve, y el lento caminar de la gente por la calle con una sonrisa en los labios (hoy había más personas en la calle que nunca, es curioso lo que consigue la nieve). Mi dilema ha sido cómo quitar la nieve que se había depositado en mi arosilla después de 12 horas nevando. Tocó hacerlo a la manera tradicional y acabé con los guantes chorreando.
La mini-excursión ha sido divertida, y la mini-reunión también, aunque demasiado corta. Amanda ha disfrutado con los tíos y las sobrinas, y el resto hemos babeado un rato con Lida y sus gritos (¡mama! ¡papa! ¡yayu! ¡titaaaa! ¡pama!),y con Nara y sus bailes (qué delicia...). Y ahora me toca llevar a tía Isabel de nuevo a su casa, así que aprovecharé para pasarme por mi piso y coger alguna película. Podría quedarme allí, pero tendría que encender la calefacción, pero aún me dura el susto de los 177€ de factura de Gas Natural, que, unidos a los 430€ de hipoteca, teléfono, internet, luz y agua... ¡brrrrr! mejor dejarlo, que me viene la depre... La cuestión es que no sé que peli coger. Podría volver a ver El Señor de los Anillos (nunca me canso de verlas, cualquiera de ellas, pero hoy no parece el día), o las clásicas de StarWars (mmmmhhhh... no sé), o puedo arriesgarme y ver alguna de Cine de Oro (como Doctor Zhivago, o Lo que el Viento se Llevó, o Robin de los Bosques... El Sueño Eterno...). No sé, estoy hecha un lío. Supongo que me quedaré un rato delante de la estantería y acabaré cogiendo 4 ó 5. Ya veremos...

17.1.06

¡Cafééééééé!

Lo he hecho. He caído. Soy débil. Y ahora estoy pagando las consecuencias.

No era tan difícil, en serio. Una encuentra la solución a sus males y lo hecha todo al carajo por culpa de algo tan patético como la costumbre.

Todo empezó cuando me harté de los médicos de esta nuestra medicina general. Desde mis tiernos 13 ó 14 años tengo un recurrente "mal de narices", o "rinitis alérgica", o lo que sea. Resumiendo, mi descripción desde entonces es: Érase una mujer a un pañuelo pegada... Ni alergias, ni asmas (por suerte) ni ostias; la menda tiene algo indefinido y así se queda. Durante ese tiempo recuerdo que también me diagnosticaron "cólon irritable", debido a mis problemas intestinales que de vez en cuando me tocaban la moral, sobretodo en época de exámenes. Luego vinieron unos extraños dolores de cabeza, en los que de repente me encontraba mal, cansada, con mucho sueño, me molestaban los ruidos y la luz y tenía unas irreprimibles ganas de vomitar... Vaya, después de un par de visitas a la sala de espera del ambulatorio y algunos análisis, se llegó a la conclusión que tenía una especie de jaqueca ante la cual la única solución era tomarme un antiinflamatorio y tumbarme en la cama hasta que se me pasara.

Y llegó un buen día que mandé todo al carajo; traté de ignorar que cada mes PAGO EN MI NÓMINA a una Seguridad Social que es incapaz de solucionar mis problemas. Llegó a mis manos la tarjeta y la fama de las Terapias Naturales y me tiré a la piscina. Ya he ido a tres visitas donde me hacen un reconocimiento por reflexoterapia y mediante otro tipo de conocimentos, enraizados en la sabiduría antigua y enteramente relacionados con la mente, el cuerpo y las plantas, han sabido arreglarme casi todo pues, por lo que parece, todo está relacionado. Resumiendo, a base de equinácea, flores de bach, unos cuantos minerales y las benditas plantas, todos esos problemas empiezan a desvanecerse. Mira tú por dónde, mis dolores de cabeza tenían que ver con el hígado, y una vez tratado el hígado (planta milagrosa) los dolores y el malestar no han vuelto a aparecer.

El problema es que eso es sólo una parte de la solución. Mi gran problema es el ejercicio. No tengo tiempo ni dinero para apuntarme a un gimnasio. Durante unos días salí a la montaña que tengo al lado de mi piso para respirar aire puro mientras caminaba a buen ritmo y hacía estiramientos y flexiones, y eso ayudó. Pero vino el frío y ahí se acabó todo. Y el otro gran problema, la madre de la solución, lo más sencillo y lo más difícil es la alimentación. Nada de patatas, ni plátanos, ni pollo, ni cerdo, ni teína, ni cafeína, ni lácteos, nada de harinas refinadas... ¡Arghhhh! ¿Nunca más patatas fritas? ¿Y mis tés, esa delicia de prepararse un té verde, o un rooibos, o un té rojo? ¿Y nada de cerdo quiere decir nada de embutidos? ¿Pero nada, nada... nada? A ver, recapitulemos; ¿nada de lácteos quiere decir que NO PUEDO COMER QUESO? Y más difícil todavía: ¿NADA DE CAFÉ? ¿Y qué haré yo todas las mañanas? Todas esas preguntas se mezclaron en mi mente y vi el precipicio del fracaso delante mío.

Pues no. He de decir que no he acabado con nada de eso drásticamente; he reducido la ingesta. Lo que sí que hice, pues sabía que no lo lograría de otra manera, fue dejar el café. Desde el primer día sustituí la máquina de café del trabajo por mi termo naranja con infusiones de melisa, tomillo, valeriana... Y para casa compré una mezcla con achicoria que ahora sabe a gloria... Y lo conseguí. Me he sentido orgullosa de mi voluntad hasta hoy.

Hoy no he comido en casa. Después de comer un bocadillo y una ensalada del Pans & Company me vino el sueño, y eso es peligroso si son sólo las 2,30 h. de la tarde y después del trabajo aún tienes inglés y "blog". Así que me dejé engatusar por la tentación y bebí un CAFÉ CORTO. ¡Horror! Yo que antes no soportaba el cafe sólo, tomándome un café del trabajo... Y ha tenido consecuencias, claro que sí: al cabo de media hora como mucho estaba que botaba en la oficina. Subí el volumen del hilo musical, y activé el "modo" A SACO en mi forma de hacer las cosas. Al cabo de 3/4 de hora ya tenía palpitaciones y la cabeza la tenía como ida. Salí del trabajo hacia inglés corriendo, insultando a los prójimos-conductores que se cruzaban en mi camino y boté de alegría al saber que no había clase porque el profe (pobrecillo él) se había hecho un esguince.

Total, que he llegado a casa revolucionada. Y el problema es que ahora no tengo casi nada de sueño, y el despertador sonará a las 6,30 h., haya o no haya café. Y MAÑANA NO HABRÁ CAFÉ, palabra. Aunque una parte de mí piensa que estoy más activa bajo su influencia, hay que recordar que tiendo a tener la tensión alta, y que el café es malo para la tensión alta. Que toda esta euforia no es natural, y que he estado demasiado tiempo dependiendo de ella para ser más persona... Así que ahora toca hacer la infusión (¡puaj!, pero que mala está), y luego irse a la camita, a contar ovejas y a intentar relajarse. Y sobretodo, no pensar en los 100 € de media por visita ni en esa parte de mi nómina destinada a esa Seguridad Social incompetente (quiero creer que sólo es incompetente).

Pd.: Y mejor no sacar el tema del queso... no sabía que existía la dependencia al queso hasta ahora, pobre de mí.