Orgullo y Prejuicio, o Mr.Darcy y Mr.Darcy

El viernes fui al cine con Silvia, una compañera de trabajo. Acostumbramos a ir una vez al mes, ya que a su actual pareja no le entusiasma, y sabe que yo no pararía de hablar del séptimo arte...

Pues bien, el viernes fue el día de Orgullo y Prejuicio. Las dos lo teníamos claro por la mañana, a pesar de las buenas películas más antiguas que hay en cartel, y a pesar de que esta película la han estrenado en el cine más incómodo de Manresa...

Yo leí la novela de Jane Austen un tiempo atrás, y tengo que decir que no pude con su narrativa. De cada 50 páginas, leía sólo veinte, y me pasaba párrafos sin parar. Pero era la época victoriana (con lo que a mí me entusiasman todas las épocas pretéritas), y estaba Lizzy Bennett con su indomable carácter, sus insufribles aunque divertidos padres, los Bingley, la horrible Catherine de Bourgh y... Mr. Darcy.

Yo tenía mis dudas (será demasiado endulzada para Silvia, seguro que me estropea mi dosis de romanticismo con comentarios irónicos...), pero no. A pesar de la minúscula pantalla y de las horribles butacas, las dos nos metimos de lleno en la película y disfrutamos con las magníficas caracterizaciones, los bellos paisajes, los vestidos y los palacios... Tengo que ser sincera: me quedé encandilada de Mr. Darcy en cuanto lo ví. Era todo lo que tenía que ser: apuesto, atractivo, orgulloso, serio pero a la vez sincero y tímido y buena persona. ¡Qué tienno! Que bonita historia de amor repleta de malentendidos, orgullos y prejuicios... Lizzy también ha quedado muy bien retratada (aunque sus risas no acababan de quedar del todo sinceras, no sé porqué) y la película en su conjunto es tan fresca, tan delicada, tan llena de emociones ocultas... Y la historia de amor central es tan tan tan, taaaan...

¡Ains! Tengo que reconocerlo, me he enamorado de Mr. Darcy.

Pd.: Hablaré con Marta para ir a verla el día del espectador en V.O. No podré resistir la tentación de fijarme en los detalles y de perderme en esos ojos azules... ¿He escrito yo esto? Marta, si llegeixes això, no vagis a veure-la abans, please!