4.5.05

Pans & Sol

Mañana de martes. Tengo que incorporar un martillo al despertador. No hay café hecho en casa. Siguen habiendo obras en la carretera. Vuelvo a llegar tarde al trabajo. Parece que las fabricaciones de casi todas las máquinas se han puesto de acuerdo para acabarse al mismo tiempo. Los clientes están especialmente pesados hoy. El tiempo pasa volando y ya es mediodía. Y hoy no llego a casa hasta casi las 10 de la noche.
¡Arghhhhh!
Justo al mediodía decido no ir a comer a casa. Normalmente tengo libres 3 horas enmedio de la jornada, pero hoy, al tener un curso a las 6,30 h. de la tarde, sólo tengo 2 horas , y en la carretera malgasto la mitad. Será mejor celebrar que ya se acaba el dichoso curso del nivel básico de prevención de riesgos laborales, por lo que cojo el coche y me decido por el Pans & Company, donde puedo comer uno de esos bocadillos que me gustan tanto en un sitio tranquilo y con vistas al exterior. Siguiendo la tónica del día me doy cuenta de que no llevo ni un mísero euro justo al coger el coche, por lo que tengo que entrar en Manresa para buscar un cajero de Caixa de Manlleu. Bueno, el pequeño inconveniente es solventado por algo tan simple como la luz del sol; el retraso se convierte en un inusual paseo bajo el influjo de esta primavera-verano espontánea.
Las señales me indicaban que hoy iba a ser un día gafe, en plan Murphy total, o como me gusta decir a mí en compañía de otros tolkiendilis, un día en que la ley de Túrin se cumple a rajatabla (aunque sin nada de incestos, eh? Yo me refiero al mal rollo en general... y la mala suerte, sobretodo la mala suerte). Pero no. La diversión ha empezado esperando mi bocadillo nuevo en el Pans. La cajera estaba charlando con un repartidor de bebidas, y parecía que ya se conocían desde hacía tiempo, ya que él le estaba explicando sus dilemas con la actual pareja. Que si es buena tía pero que no me va, que no sé como decirle que quiero cortar, que no encuentro el momento, que no deja de hacerme favores, y dejarme el coche siempre que lo necesito, que si tengo mala suerte con las novias, porque la "ex" se ve que se tiró a todos mis coleguillas... vamos, aquellas conversaciones que escuchas de pe a pa aunque no lo pretendas (yo igualmente tenía curiosidad, para qué nos vamos a engañar...) La cuestión es que me giré a leer disimuladamente una cosa, y se hizo el silencio. Al instante volví a mi posición inicial justo para entrar en mi campo de visión una chica con expresión muy seria y brazos cruzados al lado del repartidor de bebidas. ¡Uy uy uyyyyy! He de decir que la cajera del Pans puso una cara de póquer total, pero la cara de la recién llegada lo decía todo, y más aún dijo con "¿Y ésta quién es?", a lo que su ex-novio en un futuro inmediato dijo: "esta es una especie de confesor". Hubo un momento absurdo en el que todos estuvimos en silencio. El chico mirando al suelo, la chica mirando al chico, la cajera observando un punto indeterminado fuera de nuestro campo de visión con sumo interés, y yo contando los dedos de mis manos... Suerte que mi bocadillo, mi coca-cola y mis bravas llegaron enseguida, y pude sentarme, empezar a comer y abrir El Periódico. Eso sí, con la antena lo más alta posible. No escuché nada más, pero cuando salí de allí media hora más tarde aún estaba el gafado y su ex-novia, montada en el coche.
Esa experiencia me hizo ver que Murphy (o Túrin) no había fijado toda su atención en mí (cosa por la que estoy muy agradecida, ciertamente). Y para celebrar que las cosas siempre pueden ir peor decidí no entrar antes en el trabajo, irme al Parc de l'Agulla, coger mi manta, extenderla en el césped, descalzarme, y seguir leyendo el diario a la sombra de los árboles. El parque estaba casi vacío (lógico, eran las 2 y cuarto de la tarde y hay que coger el coche para llegar allí), por lo que no tuve esa incómoda sensación de ser el centro de la atención ajena. Disfruté del sol, respiré hondo al aire libre y decidí que tenía que volver a repetir antes que llegue el verano-verano.
Bueno, eso es lo más interesante que me ha pasado hoy. Eso y que ya se ha acabado el curso. Veremos qué pasa mañana, porque creo que hoy ya está todo dicho...
Pd.: ¡Ah! Parece que el corte de pelo le ha sentado bien a mi humor. Ya veremos qué pasa mañana cuando me lo lave y se rice... ya veremos...
Ppd.: ¡Mañana ya es miércoles!
Pppd.: El domingo fui al cine y "me obligaron" a ver ese rollo americano-cutre llamado BE COOL. Risas enlatadas para que no dolieran tanto los casi 6 euros de la entrada. Pero, ¡qué mala que es la peli! Me permito cambiarle el título: BE FOOL.