31.5.09

Tarde de domingo + filosofía oriental

Vaya tormentón acaba de caer. Aquí estoy, con la luz encendida, poniendo al día este blog mío que sigue sin estar especialmente lúcido, pero que SIGUE, que es lo importante :)
Domingo por la tarde. Esto se convierte en una costumbre, por lo que parece... A punto estoy de volver a irme, esta vez a una mini-reunión familiar y luego al cine, seguramente a "soportar" el careto de Tom Hanks en "Angeles y Demonios" o, con un poco de suerte, mis dos compañeros cinéfilos del domingo se convencerán de que es mejor ver "Los hombres que no amaban a las mujeres". Ojalá... si no, habrá que conformarse con ver a Ewan Mc Gregor con sotana :p
Semana acabada. Atrás han quedado la emoción y los festejos por la Champions del Pep-Barça (sí, tenía un alter ego culé escondido por ahí, ¿qué pasa?) y el nuevo vicio en el que se ha convertido cierto foro de cierto aguilucho... jeje... Algún día tocará dedicar un post a la serie revelación de Tve, pero antes esperaré a que pase algo más de tiempo y la vea con perspectiva, que ahora no soy muy objetiva con eso del SGM (o sea, síndrome de gonzalo de montalvo, una historia muy larga).
A lo que iba: esta mañana he vuelto a mi nueva costumbre y he enfilado la mañana de domingo por los caminos soleados. ¡Qué gozada! Con qué energías se vuelve, parece que se vea el día y la semana por venir de otra manera. Esta mañana me he liado la manta a la cabeza y he cambiado algo la ruta; en la encrucijada me he decidido por llegar a la ermita de Sant Martí de Serraïma. Y hacia allá que fui: a pleno sol, y con la bso de El Señor de los Anillos para crear algo más de ambiente, he caminado a buen ritmo hasta divisar esa silueta tan encantadoramente medieval, cuando estaba a punto de sacar el hígado por la boca...

Subí las escalerillas que llevan a la parte delantera, aparté de mis hombros las asquerosas telas de araña y me senté a la sombra, ante el campanario. Cinco minutos de silencio y vuelta a empezar, con energías renovadas para conseguir caminar los 10 km. de ida y vuelta en una hora y cuarto. ¡Misión cumplida!


Ahora tengo las agujetas de rigor, sí, pero me siento muy bien conmigo misma. A ver si esta costumbre de los domingos por la mañana se convierte en eso, en costumbre (aunque llevarla a cabo una horita antes no iría nada mal...).
Luego, tras la comida, ha habido una conversación de esas que te hacen redescubrir cosas que ya sabes. Mis cuñados son karatecas desde que eran unos pequeñajos; tuvieron la suerte de ser constantes y tener a mano las enseñanzas directas de un sensei que, más que entrenarlos para la competición, ha creado escuela para seguir mediante la práctica del arte marcial y el estilo de vida los preceptos del karate-do. Mi cuñado acababa de volver de un stage, y supongo que el tener tan cerca al sensei y sus enseñanzas ha hecho que habláramos largo y tendido sobre eso, de establecer en nuestra vida común la sabiduría ancestral para conseguir lo que todos deberíamos ansiar: mente sana en cuerpo sano. Algo tan sencillo como comer bien, respetar tu cuerpo y escucharlo y, por encima de todo, RESPIRAR, dedicar un tiempo cada día de nuestra vida a ser conscientes de la respiración, puede convertirse en toda una filosofía de vida...
O sea, que todo lo hablado unido con mis ganas de estar más cómoda conmigo misma me han llevado a un pacto con mi hermana: cada mañana levantarse un poco antes, salir al balcón, oxigenar el cuerpo con inspiraciones profundas, y hacer un ejercicio que con constancia le quitará terreno a la odiosa celulitis... Ya veremos; por ahora nos iremos llamando cada día para asegurar que ninguna de los dos nos "rajamos"... "Ooooooooommmmmmmm"