1.6.05

Verdad, Responsabilidad y Arrepentimiento

Ayer fui a acostarme pasadas la una y media de la madrugada viendo un reportaje especial realizado por Telecinco, referente al tristemente conocido Yak-42. El avión que dos años atrás se estrelló en las montañas de Turquía con 62 personas dentro, la mayoría militares españoles que volvían de una misión humanitaria en Afganistán. El reportaje mostraba los avatares sufridos por la mayoría de familiares de las víctimas. Porque, si el hecho de perder a un ser querido en un accidente ya es trágico, que muera en un accidente aéreo volviendo de un país tan convulso como Afganistán, cuando pareciera que todo el peligro había pasado y que ya no faltaba nada para ver y abrazar al hermano, padre, hijo o marido, eso es una muestra de lo cruel que puede ser el destino o la fatalidad.
Pero es que aquí no se acaba todo. Eso es sólo el principio de sus miserias. Mucha gente observó (seguro que con vergüenza ajena) cómo esos familiares y amigos tuvieron que soportar una pomposa ceremonia fúnebre a los pocos días del funesto accidente, una ceremonia larga y a pleno sol. Ahí es cuando las autoridades empezaron a mostrar falta de tacto y de sentido común. Los únicos que se salvan de esa ausencia de humanidad y compasión fueron los reyes, que lloraron, que se acercaron a los familiares y les dieron un sentido pésame, uno a uno, sumidos en el dolor común que nos embargaba a todos. ¿Y qué hicieron desde el ministerio de defensa y desde el gobierno español? Ni más ni menos que ponerse a la defensiva. ¡A la defensiva! Ahora empezamos a saber que tenían motivos para levantar la muralla infranqueable de la Gran Mentira. Y son tan obtusos que no se dan cuenta del patetismo con el que han caído 2 veces en la misma piedra. Se comete un error; se fabrica una mentira; se niega todo y se deniegan responsabilidades. Pero por suerte la jugada les ha salido mal. Se dice que "contra más grande es la mentira más gente se la cree" y eso se ha convertido en el credo de los acólitos del PePeísmo Aznariano. Aunque también hay otro dicho, muy antiguo y por eso mismo muy cierto: "tanto iba el cántaro a la fuente que al final se rompió". Los españoles somos perezosos para pensar fríamente y hasta conformistas (por regla general, ¿eh?), pero no tontos, señores del PP, pero no tontos. Y ustedes, señores del pelo engominado y señoras del pañuelo estampado en el cuello, ustedes que viven en otro nivel, que ni siquiera se han dignado a analizar las circunstancias de la mayoría de ciudadanos del país, por suerte aún no se han dado cuenta.
Hay razones de peso para la parrafada anterior. Anoche se reavivaron los fuegos del desprecio hacia el anterior gobierno de España. Las circunstancias que rodean al "Yak-42" no se pueden dejar de lado, porque:
1) Se trataba de soldados que volvían de cumplir una misión (humanitaria, dicho sea de paso).
2) El avión que les llevaría de Afganistán a España era un buen avión, como muy bien dijo el Trillo-Pillo, pero su mantenimiento desastroso lo convirtió en una guadaña con alas.
3) Se tenía constancia desde el ministerio de las deficiencias de los aviones que se utilizaban para esos traslados.
4) Los pilotos habían sobrepasado el máximo de horas de vuelo y uno había bebido.
5) Disponían del combustible justo.
6) El GPS del avión estaba anticuado y sólo les dejaba segundos de maniobra. 1-2-3-4-5...
7) Sobrepasaban en 1.800 kgs. el peso máximo autorizado, y el comandante de vuelo lo sabía.
8) La pista de la contratación del avión se pierde en una abusiva maraña de subcontratas.
9) La partida presupuestaria para aquel viaje era de 138.000 €. El alquiler del avión sólo costó 39.000. Terreno muy, pero que muy resbaladizo, del que poco se ha oído.
10) Desde un principio se dijo que las autopsias se habían efectuado en un tiempo récord. Ahora hemos sabido que 30 de esas autopsias no se realizaron. Y fue así porque -redoble de tambor- había una gran ceremonia fúnebre organizada en la base de Torrejón de Ardoz que no se podía postergar.
11) El avión en el que llegaron los féretros era el hermano rico del Yak-42. ¡A la vista de todos los familiares!
12) Tanto el ministro Trillo como el presidente Aznar, como tantos responsables que aparecieron en las noticias esos primeros días, se apresuraron a declarar que el proceso de recuperación de los cuerpos, identificación y traslado a España había sido impecable. Cuando los rumores de que todo no era tan correcto empezaron a escamparse se olvidaron de su primera mentira y dijeron que los medios habían sido mínimos, que demasiado se hizo para las circunstancias y, claro está, qué se puede esperar de Turquía. Ayyy...
13) Los familiares fueron meses más tarde a la montaña del accidente y, al dejar ramos de flores en memoria de los caídos, la tierra removida les regaló restos del avión, de relojes, de fotos de sus seres queridos... Y la zona se había peinado escrupulosamente, oiga.
14) Con el tiempo se pasó de compadecer a los familiares y pagarles la desgracia con las indemnizaciones de rigor para acallar las voces, a reiniciar el manido discurso del: no se juega con el dolor de los familiares y finalmente, criticar a los compadecidos.
15) El ministerio avasalló con cartas a los familiares, y en más de una insistían en la importancia de decir la Verdad. ¿Se puede ser más miserable?
Opto por parar aquí, porque la lista de desgracias podría ser más larga, y realmente es el último punto el que reabre la herida de esos familiares. Seamos realistas y pensemos: cuando alguien nos hace daño o salimos perjudicados por la acción de otra persona necesitamos dos cosas para sentirnos mejor y tener un sentido de la justicia: el porqué y una disculpa, o un símbolo inequívoco de arrepentimiento. Pues se trata de aplicar esa idea a un terrible accidente en el que se vio involucrado el ministerio de defensa de un país de la excelsa Unión Europea. Los familiares, los que quedaron para recoger las Medallas no tuvieron ni una cosa ni otra. Sí, tuvieron más de un porqué, explicaciones que eximían de todas las responsabilidades a generales, ministros y presidentes. Excusas mezquinas e irresponsables. Murieron 62 personas. Un accidente no se produce por fatalidad, sino por varios motivos, todos ellos evitables. Y hay responsables. Y existe una Verdad callada pero presente y una Gran Mentira destapada para los que quieren escuchar.
Y luego está el arrepentimiento y el perdón. Del anterior gobierno no ha habido signos de arrepentimiento, o de asunción de responsabilidades, por lo que no habrá perdón. Jamás. No habrán puertas cerradas al dolor de madres, padres, hijos, hijas y esposas... y espero que tampoco haya paz para los responsables de la desgracia. ¿Quiénes? Tengo esperanzas de que se haga público algún día, pero me cabe pensar que si se trata de personas tendrán remordimientos toda su vida. Sinó es que son unos monstruos.
Por último, aquí tengo dos definiciones, para ser lo más certera posible en este mundo relativo:
Verdad: Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas se forma en la mente (¿sabían ellos que cometían errores garrafales en la seguridad de los militares? Esos 100.000 € que faltan son la respuesta). Conformidad de lo que se dice con lo que se piensa (o sabe, añado yo. Disponiendo de toda la información habida y por haber es imposible que el ministerio dijera la verdad).
Responsabilidad: Deuda, obligación de reparar o satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal (esperemos que la Audiencia Nacional dé ahora pleno significado a esta palabra, tan evitada por nuestros políticos, sean del color que sean).