Domingo por la mañana
Estoy un pelín encendida. Acababa de escribir un post del que me sentía orgullosa y, por un accidente asqueroso, se me ha borrado por completo. He estado a punto de mandarlo al garete, pero por ser fiel a lo que acababa de escribir, aquí estoy, volviéndolo a intentar...
No tengo nada super interesante a escribir, pues mi vida sigue teniendo ese insidioso color gris que cuesta tanto abandonar, y más en otoño, cuando el sol desaparece tan pronto y el frío invita al recogimiento. Hace una semana disfruté de un puente festivo genial, y lo utilicé para vaguear de mala manera: dejé el inglés abandonado en un cajón oculto y me levanté tarde, ví algún Dvd, fisgoneé por Internet, vi a las peques y hice vida familiar con los papis. Vamos, estuve recluida entre cuatro paredes a casi todas horas de casi todos los días. Hubo un conato de comunicación con Inma y tuve la tentación de quedar, pero mi inexplicable aversión a coger el coche hizo pensármelo y desistir. El domingo me vio vergüenza de mi misma y fui al cine con Diego y Miguel para ver "Un Funeral de Muerte". Puestos a elegir entre orfanatos inflados como un globo (me gusta, pero ya la he visto), americanitos supersalidos, niñas desaparecidas, locos con predilección por miembros humanos, invasiones con muy mala prensa (aunque tengo curiosidad) y polvos de estrellas divertidísimos, nos quedamos con una comedia inglesa de la que no sabía completamente nada (¡la primera vez!). Al final resultó ser una gozada y justo lo que me hacía falta: reír inesperadamente.
Esos cuatro días no fueron en balde, pues acabé dándome cuenta de que me estoy amuermando sin remedio (sí, otra vez), y de que los apretones económicos y mi inexistente círculo social cercano no son excusa para que me hunda yo solita en la miseria de la apatía. Vamos, que di un paso atrás para coger impulso. Y ayer, dando una posibilidad a este nuevo humor, fui a Barcelona, a ver a la parejita de barcelonautas, pasear por la atestada gran ciudad y ver una película en versión original. Acabamos charlando por los codos, cenamos por primera vez en una Cantina Mariachi y nos decidimos por Lions for Lambs (Leones por Corderos), la nueva apuesta de Robert Redford. ¡Qué acierto! Salimos de la sala en un primer silencio reflexivo, pero luego diciendo que este film debería verlo mucha gente, sobretodo muchos jóvenes. Y es que aparte de ser una historia a tres bandas sobre la política exterior americana y que sus dos terceras partes son diálogos, las historias te atraen sin remedio y sales con ganas de hacer algo, de no permanecer impasible y derrotado ante los conflictos y problemas que sacuden nuestro mundo. Sea lo que sea, vale la pena hacer algo por nuestros propios ideales y no hundirnos en ese derrotismo y pasividad que impregna este primer mundo tan pagado de si mismo y de sus rutinas diarias. Hay que ir a ver Leones por Corderos sin prejuicios, pero sobretodo hay que ir a verla.
Pues eso, que aproveche. Yo me voy a disfrutar de esta soleada mañana de domingo, antes de que llegue el anochecer y lamente no haberlo hecho.
3 Comments:
Wappppaaaa!!!!!!
Ens veiem el cap de semana que ve, no? Si et va bé...
If If you don't STAND for something, you might FALL for anything
Un besote mi Julieta!!!
Saludos desde el centro del imperio.
Y si yo me tengo que animar, vos también, aunque sea por razones diferentes.
¡Anha!
No sabía que pululabas por aquí... ¡besitos para la reina en el centro del imperio!
Pd.: po zí, hay que animarse jolines, pero a veces cuesta un poquillo... como mínimo hay que saber cuando toca reaccionar y levantar la cabeza. ¡besos y ánimo!
Publicar un comentario
<< Home